viernes, 10 de junio de 2016


LA VALORACION DE LAS CLÍNICAS DENTALES

El gran incremento de profesionales de la odontología está provocando importantes cambios en el escenario profesional y empresarial de esta actividad.
La continua llegada de profesionales a esta rama sanitaria ha provocado, por una parte, un incremento de la figura de los dentistas autónomos que colaboran en distintas clínicas y, por otra parte, la insatisfacción de no encontrar un modelo profesional que colme sus expectativas profesionales o económicas, está lanzando a estos profesionales a intentar la aventura de "montar su propia clínica".
Esta posibilidad de ser titular de tu propia clínica, se viene haciendo tradicionalmente o bien mediante la formula de comenzar de cero y buscar el local adecuado, realizar todas las inversiones en equipos, obras y licencias o bien buscar "atajos", tratando de encontrar, en el mercado, la clínica chollo que se vende a buen precio por "lógicas razones del vendedor" y que, el nuevo adquirente deberá saber rentabilizar.
En otro artículo ya escribí sobre esta fórmula de adquisición, la de la compraventa pura y dura de una clínica; es decir, la de yo te entrego el dinero pactado y tu me das la propiedad de este negocio y, a partir de ese día, el nuevo propietario comienza a dirigir según su leal saber y entender. Una fórmula, ésta, que me parece inadecuada y con muchos riesgos, por lo que soy más partidario de buscar una formula de incorporación progresiva que permita, tanto a comprador como vendedor, sacar el máximo valor y seguridad de esa transacción.
Las ventas de clínicas dentales van a ser un denominador común en los próximos años y en cualquier momento podemos vernos afectados, bien por la opción de comprar o por la de vender; por ello, debemos hacer un ejercicio de gestión fundamental: VALORAR CUÁNTO VALE NUESTRA CLINICA.
¿Por qué debemos hacer una valoración?  Conocer cuanto vale tu negocio es fundamental, desde luego si se va a vender, pero independientemente de ello es un dato básico para la gestión y la toma de decisiones diarias y de inversión, aunque no tengas intención de venderlo.
¿Cuándo debe hacerse la valoración? En conexión con la respuesta anterior, deberíamos realizar una valoración todos los años, al acabar el ejercicio. Ese dato nos permitirá comprobar la evolución de la clínica, si se está produciendo un incremento en su valor y si las decisiones directivas que se han adoptado han sido las adecuadas.
¿Qué tenemos que valorar? En este apartado hay que ser muy objetivos y de inicio hay que buscar exclusivamente el autentico valor de la clínica; un valor al que posteriormente, en caso de venta, se le podrá incrementar determinadas valoraciones relacionadas con la visión o posibilidades la clínica, trayectoria, ventajas competitivas, etc... factores, estos que determinarán el precio de venta, en su caso.
Nos falta por explicar ¿Cómo valorar una clínica dental? Las clínicas dentales, aunque tengan ciertas especialidades,  deben valorarse , como cualquier otro negocio, todos tienen sus pequeñas especialidades y todos están marcados por circunstancias propias, pero todos ellos son susceptibles de valoración.
Existen diversos modelos en el mercado de valoración, por ejemplo a través del descuento de los flujos de caja, que permite estimar la capacidad de la clínica de generar beneficios a los largo de los próximos ejercicios. Otros es tener en cuenta el ebitda (ingresos de la actividad, antes de intereses, impuestos y amortizaciones) y multiplicarlo por una cifra fija,(numero de años aproximados para recuperar la inversión); este método suele generar discusiones por la dificultad que supone elegir ese coeficiente.
Personalmente, por mi experiencia en este sector, creo que el mejor método se aproximaría al que denominan "valoración por elementos". Es muy detallado y complejo pero aporta datos más reales. En este método, se hace un inventario de los activos y elementos existentes en la clínica y se valoran, no por su valor pendiente de amortizar, sino por el valor de su sustitución a precios de mercado. Igualmente se incorporan los costes de otros derechos como las licencias administrativas, obras, etc.. y se resta las deudas existentes. A partir de ese valor, entran en juego otros elementos como la "calidad de las fichas de los pacientes"; y es que de nada sirve decir que es una clínica que cuenta con 3.000 fichas si estás no han tenido movimiento alguno en los dos últimos años.
Por último, debe hacerse una valoración del tipo de tratamientos realizados y las rentabilidad de los mismos.
Como vemos un trabajo arduo pero muy revelador sobre el valor de nuestra clínica.
Así pues, como conclusiones, podemos fijar que es necesario hacer esa valoración y que sería conveniente hacerla anualmente,  si a nuestra profesionalidad sanitaria le queremos dotar de una profesionalidad en la gestión.

 

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